Columnista

La rana y el escorpión

Por: Óscar Borja

Abogado, especialista en derecho constitucional

Para explicar situaciones reales se acude a historias con animaciones que nos permiten identificar los personajes de hechos relevantes de la política y la sociedad, sin necesidad de mencionar sus nombres. Se le atribuye la autoría a Esopo, fabulista griego, del siglo VI A.C, la historia que me ha servido de inspiración para expresar mis ideas por medio del presente escrito.

Un escorpión a la orilla de un río corría peligro con el aumento del nivel de las aguas, para salvarse, era necesario cruzar a la otra orilla o moriría ahogado. De repente una rana que nadaba de paso, llamó la atención del escorpión y este le dijo: -¡Rana, permíteme subir sobre tu espalda y pásame a la otra orilla! A esto, contestó la rana: -No puedo, porque me picarás, y tu veneno me causará la muerte. -¡Eso no te pasará, te pagaré muy bien y quedaré agradecido contigo! Respondió el escorpión.  La rana inocente y convencida por el astuto escorpión, permitió que el ponzoñoso animal subiera en su espalda y empezó a nadar hacia la otra orilla. En la mitad del trayecto, ocurrió lo esperado, el escorpión enterró su ponzoña a la rana inyectando su letal veneno, la rana en su último instante de agonía le preguntó a su victimario ¿Por qué lo hiciste? –Porque es mi naturaleza. Respondió el escorpión, mientras su cuerpo se hundía arrastrado por la corriente del río.

Las personas no se desprenden de su naturaleza, los corruptos serán siempre corruptos, los políticos, serán políticos y los bandidos, serán bandidos. Quienes llegan al poder para gobernar y durante su gobierno saquear y obtener riquezas, siempre fueron hampones, nunca se desprendieron de su naturaleza, ni del delincuente innato que siempre estuvo oculto esperando el momento.

Sólo basta leer los titulares de los diarios locales y nacionales, para que nuestra imaginación identifique los escorpiones.

El pueblo es la rana que sobre sus espaldas lleva el peso de los impuestos, la pobreza, la inseguridad, la ignorancia, el desempleo y la falta de oportunidades; el corrupto, es el escorpión.

La historia se repite, el río es la sociedad, donde  siempre existirán la ingenua rana y la “naturaleza” del escorpión.

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