¿La clave de la vida eterna estaría en los tardígrados? Los científicos hallan una forma de retrasar el envejecimiento
Los tardígrados, también conocidos como osos de agua, son criaturas diminutas que miden menos de medio milímetro de largo.
Tienen una extraordinaria capacidad para superar condiciones extremas, siendo capaces de sobrevivir a heladas cercanas al cero absoluto (-273 °C), a un calor intenso superior a 150 °C, a una deshidratación total, a radiaciones nocivas e incluso al vacío del espacio exterior.
Para sobrevivir, los tardígrados entran en un estado de animación suspendida llamado biostasis, utilizando proteínas que forman una especie de gel en el interior de las células para ralentizar sus procesos vitales.
¿Qué es la biostasis?
Es un estado de animación suspendida en el que los procesos metabólicos y vitales de un organismo se reducen drásticamente, llegando a detenerse temporalmente.
Esto permite al organismo sobrevivir en condiciones extremas, que normalmente serían letales, preservando su integridad hasta que las condiciones vuelvan a ser favorables.
Ahora, investigadores de la Universidad de Wyoming han realizado un estudio que finalmente ha revelado cómo estas proteínas tardígradas también pueden ralentizar los procesos moleculares en los humanos.
Al introducir estas proteínas tartígradas en las células humanas, los investigadores observaron que forman un gel y ralentizan el metabolismo, exactamente de la misma forma que ocurre en los tartígrados.
Además, se demostró que las células humanas que contienen estas proteínas son más resistentes al estrés cuando se colocan en biostasis. Esto significa que el proceso es capaz de conferir «habilidades tardígradas» a las células humanas.
También es importante destacar que este proceso es completamente reversible: cuando se alivia el estrés ambiental, el gel se disuelve y las células humanas reanudan su metabolismo normal.