El ejercicio físico es una herramienta clave para la prevención y supervivencia del cáncer
La prevención del cáncer empieza con solo 30 minutos de ejercicio al día. Con motivo del Día Mundial de la Actividad Física que se celebra cada 6 de abril, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) quiere concienciar a la población del valor de la actividad física en todas las etapas de esta enfermedad, desde la prevención, durante el tratamiento y en los largos supervivientes.
Según sus datos, el ejercicio físico puede reducir hasta un 30 % el riesgo de cáncer de mama, colon, vejiga urinaria, endometrio, esófago y estómago, y casi el 20 % el riesgo de mortalidad específica por cáncer. Las cifras más sólidas hasta la fecha se centran en tumor de mama y colorrectal, pero este beneficio se extiende a otros como el de próstata y pulmón.
“El ejercicio físico ha mostrado mejorar la calidad de vida y disminuir los efectos secundarios derivados de los tratamientos”
Además, el deporte ha mostrado mejorar la calidad de vida y disminuir los efectos secundarios derivados de los tratamientos, al aumentar la capacidad cardiorrespiratoria de los pacientes y reducir la fatiga, y mejorar la percepción de su salud.
“El ejercicio físico es un pilar fundamental en el estilo de vida saludable, y existe evidencia consistente sobre su asociación con la reducción en la incidencia y mortalidad por cáncer”, explica César A. Rodríguez, presidente de SEOM.
“A pesar de estar bien documentados los beneficios, pocos pacientes se mantienen físicamente activos por sus reticencias debido a los efectos secundarios, al miedo a nuevos efectos adversos, a la falta de motivación o a las dificultades en el acceso al ejercicio, y por la falta de información por parte de los profesionales sanitarios”, añade.
“A pesar de estar bien documentados los beneficios, pocos pacientes se mantienen físicamente activos por sus reticencias y por la falta de información por parte de los profesionales sanitarios”. César A. Rodríguez, presidente de SEOM
Además del ejercicio –continúa Rodríguez–, “es importante adoptar estilos de vida saludables y evitar el tabaco, el alcohol, la mala alimentación, el sedentarismo, la obesidad y la exposición solar sin protección, factores de riesgo evitables responsables de un tercio de las muertes por cáncer”.