Un día de ocio pescando con imanes en Corona Park en Queens, Nueva York, se convirtió en un momento que cambió la vida de una pareja local que descubrió una caja fuerte con un estimado de $100,000 en su interior.
Para James Kane y Barbi Agostini, la pesca con imanes ha sido un pasatiempo que une a la pareja durante casi un año. Se les ocurrió la idea de probar la pesca con imanes durante la pandemia de COVID-19 y desde entonces han narrado su viaje en su canal de YouTube, llamado “Let’s Get Magnetic”, donde muestran una variedad de hallazgos, desde pistolas hasta granadas.
“Encontramos una granada en Sheepshead Bay, Brooklyn”, dijo Kane. “Encontramos una frente al edificio de las Naciones Unidas en el Parque Estatal Gantry Plaza… Armas de fuego en todos los cinco condados”.
No sabían que su pasatiempo casual los llevaría al descubrimiento de su vida. Los dos pasaron el viernes por la tarde pescando con imanes en el lago Meadow de Corona Park. Después de unos 45 minutos de lanzar el imán de un lado a otro en el agua, Kane sintió un fuerte tirón y logró sacar una caja fuerte vieja y oxidada de las turbias profundidades.
No era la primera vez que encontraban una caja fuerte vieja y asumieron que no habría nada dentro, algo que estaban acostumbrados a encontrar.
“Parecía sellada, pero encontré un agujero en el fondo, así que comencé a golpearla contra el suelo, y pensé que había bolsas allí donde pondrías cambio o algo así”, dijo Kane.
Agostini dijo que pensó que Kane le estaba haciendo una broma cuando le dijo que había fajos de billetes de un dólar adentro.
“Hasta que lo vi por mí misma, él sacó los dólares y vi los cien dólares, fue entonces cuando finalmente le creí y me quedé sin aliento”, dijo Agostini.
La pareja estima que los fajos de dinero en efectivo cubiertos de lodo valen hasta 100,000 dólares. Se comunicaron con el Departamento de Policía de Nueva York, quien les dijo que podían quedarse con el dinero ya que no había ningún número de serie en la caja fuerte ni forma de identificar al propietario.
Ahora planean llevar el dinero deteriorado a la Oficina de Grabado e Impresión en Washington, DC, para iniciar el proceso de canje de moneda. Con su nueva riqueza, los dos esperan cumplir el sueño de toda su vida: comprar una casa para su familia de cinco miembros en la ciudad de Nueva York.
