Importante descubrimiento en Marte: análisis de rocas del cráter Jezero sugiere antigua presencia de agua
Un análisis reciente de siete muestras de rocas recolectadas en el cráter Jezero de Marte ha revelado la presencia de minerales que, según los científicos, normalmente se forman en presencia de agua. Este hallazgo, detallado en un estudio publicado el miércoles 14 de agosto de 2024 en la revista AGU Advances, sugiere que estas rocas pudieron haberse creado o depositado gracias a la actividad acuática en la zona.
Las muestras fueron recolectadas en 2022 por el róver Perseverance de la NASA durante su exploración de la ladera occidental del cráter Jezero, una región descrita como «en forma de abanico» y llena de rocas sedimentarias. Este área se cree que alguna vez fue un lago, con condiciones que podrían haber sido propicias para la habitabilidad.
«Estas rocas confirman la presencia, al menos temporal, de entornos habitables en Marte», afirmó Tanja Bosak, autora principal del estudio e investigadora del Massachusetts Institute of Technology (MIT). «Lo que hemos descubierto es que, efectivamente, hubo mucha actividad acuática. Durante cuánto tiempo, no lo sabemos, pero desde luego el suficiente para crear estos grandes depósitos sedimentarios», añadió.
Aunque el descubrimiento de materia orgánica, el elemento fundamental para la vida, no ha podido ser confirmado con los instrumentos del Perseverance, los científicos esperan poder analizar las muestras en mayor detalle una vez que lleguen a la Tierra. Además, los investigadores encontraron otros elementos clave para la vida, como los carbonatos, que en la Tierra forman los arrecifes y son materiales ideales para preservar fósiles de vida microbiana.
Uno de los hallazgos más sorprendentes fue la presencia de sulfatos, que se forman en el agua salada. Aunque este tipo de agua no es necesariamente ideal para la vida, podría ser un indicio de su existencia. «Si hubiera vida que cayera en la capa salina, estaría muy bien conservada», sugirió Bosak.
Los expertos de la NASA y del MIT también sospechan que algunas de las muestras recolectadas por el Perseverance podrían tener unos 3.500 millones de años, anteriores a los primeros signos de vida en la Tierra. «Estas son las rocas más antiguas que pueden haber sido depositadas por el agua, sobre las que hayamos puesto las manos o los brazos de un explorador», señaló Benjamin Weiss, coautor del estudio.
Las rocas recolectadas fueron almacenadas por el róver en tubos del tamaño de un lápiz, que posteriormente fueron sellados para que algún día puedan ser trasladadas a la Tierra para un análisis más detallado. «En la Tierra, una vez que dispongamos de microscopios con resolución nanométrica y de diversos tipos de instrumentos que no podemos instalar en un róver, podremos intentar buscar vida», concluyó Bosak.