¿Quién dijo que la edad es un impedimento para cumplir sueños? Una abuelita británica de 102 años acaba de demostrar que nunca es tarde para vivir nuevas experiencias. Manette Baillie, en un gesto que ha conmovido y sorprendido a miles en redes sociales, decidió celebrar su cumpleaños con una hazaña que pocos se atreverían a realizar: lanzarse en paracaídas desde más de 2.000 metros de altura.
Viuda de un paracaidista, Manette no es una abuela común. Para honrar la memoria de su esposo y su propio espíritu aventurero, optó por este salto, que ha dado la vuelta al mundo. “Fue un poco aterrador”, confesó Manette con una sonrisa en una entrevista, admitiendo que tuvo que «cerrar los ojos muy fuerte» durante el descenso.
Pero más allá de la emoción, Manette tenía un propósito claro: inspirar a otros ancianos a mantenerse activos y no renunciar a vivir plenamente. “Simplemente deseo que las personas que se acercan a los 80 o los 90 años no renuncien a nada. Hay que continuar”, declaró con determinación.
El acto de Manette también abre una pregunta interesante: ¿existe un límite de edad para lanzarse en paracaídas? Sorprendentemente, no hay una edad máxima establecida para saltar. En muchos lugares, se permite a niños desde los 11 años realizar saltos, siempre con la autorización de sus padres o tutores. En Australia, la edad mínima para saltos en tándem es de 12 años, mientras que en México es de 6 o 7 años, dependiendo de la empresa de saltos. Factores como el peso o condiciones médicas también pueden influir en la decisión de lanzarse en paracaídas.
Manette Baillie ha dejado una lección clara: la edad es solo un número cuando se trata de vivir la vida al máximo.
