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Adorable y triste historia: la perrita que sigue esperando a su dueño que fue arrollado por un tren

La película que emocionó hasta las lágrimas a los espectadores con la adaptación de la historia del perro fiel que acompañaba todos los días a su dueño hasta la estación de tren y luego regresaba por la tarde al mismo lugar para recibirlo después del trabajo hasta que una tragedia le puso fin a esa rutina (‘Siempre a tu lado, Hachiko’, es el nombre del film), pareciese haber sido involuntariamente relanzada en la zona Oeste del Gran Buenos Aires.

Es que recientemente y como si se tratase de una remake de aquella obra protagonizada por Richard Gere hace poco más de 14 años, en el Partido de José C. Paz se viven momentos de tristeza, pena y desolación por una terrible circunstancia que ocurrió en el inicio de esta semana y que, con el transcurso de las horas, se tornó como una trama extraída de la pantalla grande.

Resulta que este lunes por la mañana, cerca de las 10, una formación del ferrocarril de la línea San Martín arrolló a una persona en las inmediaciones de la estación José C. Paz.

En ese punto, el tren que se desplazaba por las vías con sentido a Pilar, embistió con la locomotora a un adulto mayor identificado como Carlos, quien circulaba por allí.

En medio de esa situación, a través de las redes sociales, una penosa circunstancia apareció en escena.

«Qué tristeza más grande. Esta perrita era del abuelo que tuvo el accidente acá en José C. Paz. Dios mío. Qué tristeza», fueron algunas de las palabras que Beatriz, una trabajadora de la línea, escribió junto a una foto en la que se observa a la mascota acostada en el piso.

«Se encuentra en la estación, perdida. Su dueño tuvo un accidente fatal», se explayó luego. Y más tarde, describió: «La perrita era de él. Se quedó en la boletería esperándolo».

Rápidamente y en medio de pedidos y ofrecimiento de lugares de tránsito, la difusión de la circunstancia se replicó en la esfera digital con el fin de tratar de dar con algún familiar del hombre para que pudiera reencontrarse con la perra.

Pero no resultó una tarea muy simple porque, con el paso de las horas, la pequeña comenzó a deambular por las inmediaciones de la parada ferroviaria, presumiblemente en busca de su dueño.

Para este miércoles, la situación ya fue diferente porque la mascota no fue vista cerca de las vías. «Parece que alguien la adoptó», dedujo Beatriz.

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