El cielo de Alberta, Canadá, se convirtió en un lienzo mágico cuando impresionantes pilares de luz surgieron tras una ola de frío extremo que llevó las temperaturas a -30°C. Este fenómeno, tan raro como fascinante, ocurre cuando diminutos cristales de hielo suspendidos en la atmósfera reflejan fuentes de luz como farolas, edificios, o incluso el Sol y la Luna.
Aunque parecen columnas luminosas que se extienden hacia el cielo, estos pilares son un reflejo óptico creado por cristales hexagonales de hielo que, al alinearse horizontalmente, proyectan la luz de manera vertical.
Común en regiones de climas extremos como Canadá y Rusia durante el invierno, este espectáculo natural requiere temperaturas bajo cero y una atmósfera cargada de humedad congelada, transformando las noches frías en una exhibición inolvidable.
