Un reciente reporte sobre los derechos humanos en Corea del Norte ha revelado que un joven de 22 años fue ejecutado en público en 2022 por consumir y distribuir contenido de Corea del Sur. El caso fue denunciado por el ministerio de unificación de Corea del Sur, organismo que recopiló testimonios de 649 desertores del norte.
De acuerdo a un testigo, el joven fue condenado por escuchar 70 canciones de K-pop, mirar 3 películas y distribuir el contenido, violando una ley de 2020 que prohíbe “cultura e ideología reaccionaria” con el fin de controlar información exterior.
La prohibición del K-pop es parte de un esfuerzo por “proteger” a los norcoreanos de la influencia “maligna” de la cultura occidental que comenzó bajo el ex líder Kim Jong-il y se intensificó bajo su hijo Kim Jong-un. En 2022, se reportó que el régimen comenzaba a tomar medidas más estrictas contra la moda y los peinados “capitalistas”, fijando en su mira los skinny jeans y camisetas con palabras extranjeras, así como el cabello largo o teñido.
A pesar de las restricciones, la influencia de la cultura surcoreana ha permeado el territorio. “Los jóvenes siguen y copian la cultura surcoreana, y realmente aman todo lo surcoreano”, dijo una mujer joven, desertora de Corea del Norte, en una reunión con la prensa en Seúl, “luego de ver K-dramas, muchos jóvenes se preguntan: ‘¿Por qué tenemos que vivir así?’ Yo prefería morir que vivir en Corea del Norte”.
El gobierno de Kim Jong-un se ha vuelto noticia en recientes semanas, tras enviar miles de globos llenos de basura al territorio del sur en respuesta a folletos anti-Pyongyang, dólares y USBs con K-pop y K-dramas que han sido interceptados en su frontera.
