El inquietante caso de las “gemelas silenciosas”: hablaron solo entre ellas y una murió para que la otra pudiera vivir

June y Jennifer Gibbons, nacidas en 1963, fueron conocidas como “las gemelas silenciosas” por un comportamiento que desconcertó a médicos, maestros y psiquiatras durante décadas. Hijas de inmigrantes barbadenses, crecieron en Gales, donde desde temprana edad desarrollaron un vínculo único y perturbador: hablaban exclusivamente entre ellas, en un idioma inventado, y se negaban a interactuar con cualquier otra persona.
A los 14 años, fueron separadas por las autoridades con la esperanza de fomentar su integración social. Pero el resultado fue devastador: ambas entraron en estados catatónicos, dejaron de comer y solo mejoraron cuando volvieron a reunirse. Su conexión era tan extrema que sincronizaban movimientos, gestos y hasta pensamientos, como si una no pudiera existir sin la otra.
Durante la adolescencia, se replegaron en su mundo privado, escribiendo novelas oscuras y diarios obsesivos. Pronto comenzaron a delinquir, quemando propiedades y siendo finalmente internadas en el hospital psiquiátrico de Broadmoor, donde fueron diagnosticadas como psicópatas. Allí, el fenómeno se volvió aún más desconcertante: si una mostraba mejoría, la otra recaía, como si su equilibrio emocional dependiera de estar al mismo nivel.
Las propias gemelas confesaron un pacto: una debía morir para que la otra pudiera vivir con libertad. En 1993, justo cuando fueron trasladadas a un centro menos restrictivo, Jennifer murió repentinamente de una miocarditis aguda. June fue liberada poco después.
Hoy, June vive una vida tranquila en Gales, se comunica normalmente y participa en su comunidad. La historia de las gemelas Gibbons ha sido relatada en libros, canciones y películas, incluyendo la cinta The Silent Twins (2022), basada en el libro homónimo de la periodista Marjorie Wallace. Un caso real que sigue fascinando al mundo por su mezcla de misterio, tragedia y amor inquebrantable.