María Branyas Morera, la persona más anciana del mundo, f4ll4ció a los 117 años «mientras dormía, tranquila y sin dolor», según informó su familia este martes. La longeva española, quien había sobrevivido a guerras y pandemias, murió en paz, cumpliendo su deseo de partir sin sufrimiento.
«María Branyas nos ha dejado», anunció su familia a través de la red social X, compartiendo que su muerte ocurrió de manera serena. «Ha muerto como quería: mientras dormía, tranquila y sin dolor», expresaron. En sus últimos días, Branyas había compartido con su familia su aceptación de la inminencia de la muerte, mencionando que ya no probaría café ni comería yogur, y que su largo viaje estaba por concluir.
En la misma cuenta, Branyas había anticipado su muerte el lunes, diciendo: «Me siento débil. Se acerca la hora. No lloréis, no me gustan las lágrimas. Y sobre todo, no sufráis por mí. Allí donde vaya seré feliz». Su partida fue lamentada por el presidente del Gobierno regional catalán, Salvador Illa, quien la describió como «la abuela de Cataluña» y destacó su legado de sabiduría y el valor de la vida.
Branyas había sido reconocida como la persona más vieja del mundo por el Grupo de Investigación Gerontológica de Estados Unidos y el libro Guinness de los récords, tras la muerte de la francesa Lucile Randon en enero de 2023. Con el fallecimiento de Branyas, la japonesa Tomiko Itooka, nacida en 1908, se convierte en la persona más anciana del mundo, con 116 años.
Nacida en San Francisco el 4 de marzo de 1907, Branyas sobrevivió a la pandemia de gripe de 1918, a dos guerras mundiales, a la Guerra Civil española y al COVID-19, enfermedad que contrajo a los 113 años y de la que se recuperó completamente. Desde hace más de 20 años, residía en la ciudad catalana de Olot, en la residencia de ancianos Santa Maria del Tura.
A lo largo de su vida, María Branyas tuvo tres hijos, uno de los cuales ya falleció, once nietos y numerosos bisnietos. Su hija menor, Rosa Moret, quien ya es octogenaria, contó que su madre «nunca fue al hospital y nunca tuvo una fractura». Un equipo de la Universidad de Barcelona estudió su ADN para entender las causas de su longevidad, y en una entrevista de octubre de 2023, el investigador Manel Esteller destacó su sorprendente lucidez y buena salud, características poco comunes en personas de edad avanzada.
Con la muerte de María Branyas, el mundo se despide de una figura que vivió una vida extraordinaria, superando numerosas adversidades y dejando un legado de fortaleza y serenidad frente a la muerte. La persona más longeva autentificada en la historia fue la francesa Jeanne Calment, quien vivió 122 años y 164 días, falleciendo en 1997.
