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Japón tiene nueve millones de casas vacías tras una crisis que afecta al mercado inmobiliario

Japón se enfrenta a un fenómeno cada vez más alarmante: el incremento de las casas vacías, conocidas como «akiya». Según una reciente encuesta del Gobierno japonés, hay alrededor de nueve millones de viviendas desocupadas en todo el país. Esta cifra ha ido en aumento durante los últimos 30 años y se espera que siga creciendo, planteando serios desafíos para las autoridades locales. En 2018, el número de viviendas vacías ya rondaba los 8,49 millones, y en tan solo cinco años, se han sumado más de 500.000 casas a la lista de akiya.

El problema de las viviendas vacías no es exclusivo de Japón, pero en el país nipón ha alcanzado niveles críticos. Algunas de estas casas están disponibles para la venta o el alquiler, pero millones de ellas permanecen abandonadas, lo que las convierte en focos de posibles problemas, como incendios, derrumbes o incluso vertederos. En algunos casos, las propiedades abandonadas aumentan significativamente, como lo muestran los 3,85 millones de viviendas sin previsión de uso reportadas en el último censo.

Una de las principales razones detrás de este fenómeno es la crisis demográfica que enfrenta Japón. La población está envejeciendo rápidamente y disminuyendo, lo que deja muchas viviendas vacías después de que sus habitantes fallecen o se mudan a residencias para personas mayores. A este ritmo, las proyecciones indican que la población japonesa podría reducirse a menos de la mitad para finales de siglo, lo que agravará aún más el problema de las viviendas desocupadas.

Otro factor clave que contribuye al aumento de las akiya es la preferencia cultural por las viviendas de nueva construcción, lo que deja las casas más antiguas sin demanda. Además, las regulaciones sobre la herencia y los altos costos de mantenimiento o demolición de estas propiedades complican su reutilización o venta. En muchos casos, los herederos simplemente optan por no aceptar la propiedad debido a los costos que conlleva.

Las zonas rurales y los suburbios también están viendo un aumento en las viviendas vacías, ya que la población de estas áreas disminuye rápidamente. La despoblación de regiones fuera de grandes ciudades como Tokio ha llevado al abandono de casas en áreas como Tohoku y Hokkaido, donde muchas propiedades se convierten en «casas fantasma», desincentivando a los posibles compradores.

El fenómeno de las akiya en Japón no solo plantea un desafío urbanístico y social, sino también económico, ya que las viviendas desocupadas representan un recurso no utilizado en un país con altos costos de vivienda en las áreas urbanas.

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