Jennifer López ha compartido públicamente la difícil situación que enfrenta tras su separación de Ben Affleck. La cantante, quien terminó el 2024 con la esperanza de que “lo mejor está por venir”, no ha podido superar completamente los recuerdos de su relación en la mansión que ambos compartieron en Beverly Hills. Con 17 habitaciones, 30 baños y una piscina, la lujosa propiedad, que costó 60 millones de dólares, fue comprada por la pareja en 2023, pero ahora se ha convertido en un lugar cargado de dolor.
Según fuentes cercanas a JLo, la venta de la mansión, que se encuentra en el mercado por 68 millones de dólares, ha sido mucho más difícil de lo que la cantante esperaba. A pesar de ser una propiedad exclusiva, el lugar sigue teniendo “huellas de Ben por todas partes”, lo que la mantiene atrapada en los recuerdos de su matrimonio. La situación le ha causado frustración, ya que pensó que vender la propiedad sería más fácil debido a su exclusividad y los toques personales que ambos dejaron en ella.
La situación ha llegado a tal punto que Jennifer siente que la casa es como “una soga alrededor de su cuello”. Según allegados, la artista ha dicho que cada vez que camina por la propiedad, los recuerdos de su fallido matrimonio con Affleck se hacen más presentes, lo que le impide seguir adelante. Este lugar, que inicialmente fue símbolo de su nueva vida juntos, ahora es un constante recordatorio de su doloroso final.
El divorcio, que se formalizó en agosto de 2024, fue un golpe difícil para Jennifer, especialmente tras haber vivido una historia de amor de dos etapas con Ben. Tras haberse casado en 2022, la relación se desmoronó rápidamente, con la separación definitiva en abril del 2024. La venta de la mansión y los recuerdos de la relación han sido un desafío adicional para la cantante, quien está decidida a cerrar este capítulo de su vida y avanzar.
