Hace unas horas el Mount St. Restaurant ubicado en la capital inglesa fue la sede de una íntima cena privada orquestada por la firma de lujo Gucci, con la cual celebró el nombramiento del tenista Jannik Sinner como nuevo embajador de la casa.
El talentoso italiano –que actualmente ocupa la primera posición en el ranking mundial ATP y ha sido el primero de su nación en conseguirlo– se suma a una lista que ha incluido a personajes como Jared Leto, Harry Styles y algunos otros cantantes, actores, modelos y deportistas de talla internacional.
Como parte de la nueva alianza entre Gucci y este atleta que ha superado al serbio Novak Djokovic y al español Carlos Alcaraz, la firma italiana decidió celebrar con una íntima reunión a la que asistieron algunos amigos de la marca.
En esta cena, el anfitrión fue el actual director creativo, Sabato de Sarno –quien hace unos meses presentó su primera colección en un evento muy especial en el Tate Modern– y contó con la presencia de la guapa esposa del propietario de la firma, la mexicana Salma Hayek, quien se hizo destacar entre la pluralidad de estilos.
La guapa actriz de origen veracruzano llegó a la cita con un atuendo monocromático en uno de los tonos que llegará con fuerza en el otoño, un verde olivo que empató muy bien con su piel bronceada.
Salma eligió un traje de dos piezas de falda lápiz y saco tipo bomber con cuello, ambos confeccionados en suede, que gracias a su textura otorgó un toque diferente al clásico y conservador conjunto.
La esposa de François-Henri Pinault, dueño del conglomerado de empresas de moda conocido como Kering, llevó su chaqueta abierta lo que dejó ver que continuó con la armonía de colores al portar un provocador top tejido, también en verde y con un pronunciado escote.
Una bolsa de la colección Bamboo 1947 en tono blanco rompió la monocromía, y altas sandalias doradas fueron su elección de calzado.
