La salud mental es tan importante como la física: siguen subiendo las cifras de suicidios en el mundo
Aunque se sienta vergüenza de padecer una enfermedad mental, es un hecho que miles de personas conviven con trastornos mentales severos.
Es peor: la vergüenza es un obstáculo para hablar sobre el problema y, por supuesto, un obstáculo para que la persona reciba la atención merecida. El argumento peregrino según el cual discutir públicamente el suicidio es hacer su apología priva a quienes padecen alguna enfermedad, así como a sus parientes y amigos cercanos, de poder acercarse a la educación básica sobre salud mental.
Desde la publicación en el 2014 de Prevención del suicidio, un imperativo global, documento de libre acceso de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha tenido 4.941 visualizaciones en su versión en español y 43.011 descargas en los últimos 6 meses en su versión en inglés.
Por su parte, la comunidad Corecore, de una reputada red social, acumula alrededor de dos mil millones de visualizaciones.
Según Daniel Soufi, del diario El País, “es la comunidad de los que se sienten solos en un mundo cada vez más conectado”, pues son personas que padecen de soledad no deseada, angustia existencial e incapacidad para entablar interacciones humanas estables.
La OMS estimó que en 2019 hubo alrededor de 703.000 suicidios en el mundo, es decir, una tasa de prevalencia global de 9 por cada 100.000 habitantes del planeta.
En su informe subraya que, con excepción del continente americano, en el resto del mundo las tasas de suicidio se redujeron durante los últimos 20 años, y concluye diciendo que afecta a personas de todas las edades, sexos y regiones.
La OMS expresa su pesimismo en torno al cumplimiento de la meta de reducir a una tercera parte el número de suicidios en el 2030. Japón, al lado de Rusia, se ha mantenido en el tope del escalafón mundial de suicidios.
En 2003 alcanzó el máximo con 34.427 casos y una tasa de 27 suicidios por cada 100.000 habitantes, año en el cual Colombia reportó 2.287 casos y una tasa de 5 suicidios por cada 100.000 habitantes.