En los últimos meses, el yuan chino ha comenzado a desplazar al euro como una de las principales monedas utilizadas en las transacciones internacionales. Este avance es parte de los esfuerzos constantes de China por consolidar su economía y su moneda en el escenario global, más allá de sus fronteras. Según datos de Bloomberg, en abril de 2024, el yuan superó al euro en volumen de transacciones globales y reafirmó su posición en junio, cuando alcanzó el 13,37% de los pagos globales, según informó el sistema de mensajería de pagos SWIFT.
El crecimiento del yuan está estrechamente relacionado con la estrategia de los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que buscan reducir su dependencia del dólar estadounidense y el euro en el comercio internacional. A medida que más naciones en desarrollo eligen realizar pagos comerciales en yuanes, la moneda china se fortalece como una alternativa viable en el mercado global.
Sin embargo, a pesar del creciente protagonismo del BRICS y el yuan, Argentina, bajo la presidencia de Javier Milei, decidió no formar parte del bloque. Esta decisión fue comunicada a finales de diciembre de 2023, cuando el gobierno argentino oficializó que no ingresaría como miembro pleno del BRICS a partir de enero de 2024, a pesar de que la posibilidad de unirse había sido planteada durante la administración de Alberto Fernández. Milei aseguró que su gobierno priorizará los lazos bilaterales y el aumento del comercio e inversión, aunque no considera oportuna la incorporación de Argentina al bloque en este momento.
Este cambio de rumbo en la política exterior argentina contrasta con la expansión del yuan y el creciente interés de otros países por buscar alternativas al dominio del dólar y el euro en las transacciones internacionales.
