Según estudio, el secreto de la felicidad no es tener hijos o triunfar en el trabajo, sino viajar por el mundo
Mucha gente afirma que algunos de los días más felices de sus vidas ocurrieron cuando fueron padres, se recibieron o llegaron a ser reconocidos como destacados integrantes de su comunidad. Sin embargo, hay una experiencia que, de acuerdo a un nuevo estudio, provoca mayor felicidad: empacar y viajar.
Y no es que uno tenga que viajar en primera y hospedarse en un hotel seis estrellas. Incluso un mochilero que duerme en hostales puede llegar a ser sumamente feliz.
La investigación de Booking, una empresa de viajes, se hizo como una encuesta entre 17.000 personas en todo el mundo y sorprendió a varios.
Ya en las etapas previas del viaje, cuando uno planifica itinerarios y demás empiezan las sensaciones placenteras. Y cuando a eso se le suma el traslado en sí, los resultados son aún más llamativos.
De acuerdo a una gran parte de los encuestados, las experiencias de viajar se comparara a algunas de los hitos más trascendentales de la vida, como casarse o incluso tener un hijo.
Para casi la mitad de los entrevistados (49% ), el impacto emocional de un viaje es más fuerte que haberse casado y para algo más de la mitad (51%) es más grato que una cita con su pareja.
Para la mitad, viajar les dio más felicidad que conseguir un trabajo nuevo; para el 45% que comprometerse, y un 29% considera la experiencia viajera superior a la de tener un hijo.
Para el experto mundial en el estudio de la felicidad Shawn Ahcor, hay una relación directa entre el goce de reservar y realizar un viaje, y la calidad de vida.
En un artículo publicado en Harvard Business Review, Achor afirma que un viaje bien planificado hace que uno vuelva con ganas a trabajar, además de contar con mayor energía para acometer las tareas laborales.