Según la NASA, las posibles soluciones a los problemas de salud, podrían venir del espacio

Hace unas semanas mientras narraba el acuatizaje de unos astronautas, una portavoz de la NASA mencionó que durante los seis meses que pasaron en la Estación Espacial Internacional (EEI), ejecutaron más de 200 experimentos médicos, una cifra indicativa de cuán prometedor es el espacio para hallar respuestas que salven vidas.
La investigación sobre salud en el espacio comenzó desde el mismo momento en que se envió a la primera persona a la EEI, hace casi 24 años, con un objetivo tan simple como fundamental: “Asegurar la salud los astronautas en un entorno remoto, diferente y estresante”, explica Angelique Van Ombergen, investigadora biomédica de la Agencia Espacial Europea (AEE).
“Hubo que entender bien qué pasa con el cuerpo y la mente humanas en el espacio para garantizar la seguridad de los astronautas en un entorno de gran impacto por la microgravedad, la radiación, o la falta de contacto con tus seres queridos”, continúa.
Poco tiempo después de las primeras misiones, los científicos se dieron cuenta de que los astronautas son los mejores casos de estudio para la investigación médica, ya que pocos seres humanos están sometidos a tan exhaustivo monitoreo 24 horas al día durante tanto tiempo.
Y los astronautas lo están: Antes, durante y después de cada misión. “El seguimiento médico a los astronautas y todos los datos que genera ha sido y es oro para la investigación médica. Una vigilancia así de la salud de una persona es casi imposible en el mundo real”, subraya la investigadora de la AEE. (Con información de Agencias)
El entorno de microgravedad de la órbita terrestre baja, es ideal para generar células madre u organoides a gran escala, dos de las claves para el avance de la medicina regenerativa”. Arun Sharma, Biomédico del hospital Cedars-Sinaí de Los Ángeles.