En una sesión nocturna, el Senado de Chile aprobó un proyecto de resolución que pide al presidente Gabriel Boric interceder ante la Corte Penal Internacional (CPI) para que emita una orden de detención contra Nicolás Maduro, acusado de crímenes de lesa humanidad en Venezuela. Esta solicitud, apoyada por 21 votos, surge en respuesta a la crisis política en Venezuela tras las controvertidas elecciones del 28 de julio, denunciadas por su falta de legitimidad.
El senador Felipe Kast expresó su satisfacción por el consenso alcanzado en el Senado y destacó que la documentación que respalda las acusaciones, incluyendo pruebas de torturas y persecuciones, está disponible. Kast hizo hincapié en que Chile tiene una «obligación moral» de instar al presidente Boric a reconocer al legítimo ganador de las elecciones en Venezuela y a apoyar la detención de Maduro por parte de la CPI.
El documento aprobado subraya la responsabilidad de Chile, como firmante del Estatuto de Roma, de perseguir y juzgar los crímenes más graves, como el genocidio y los crímenes de guerra. Se exhortó al fiscal de la CPI, Karim Khan, a avanzar en el proceso judicial contra Maduro.
El senador Francisco Chahuán recordó que Chile ya ha sido denunciante en dos casos relacionados con los crímenes en Venezuela ante la CPI y enfatizó la urgencia de emitir una orden de detención contra Maduro para evitar que siga impidiendo la investigación debido a su posición de poder.
El proyecto de resolución detalla que las violaciones cometidas por el régimen de Maduro, como asesinatos, encarcelamientos arbitrarios y torturas, constituyen crímenes de lesa humanidad según el Estatuto de Roma. Esta solicitud se enmarca en el proceso judicial “Situación en Venezuela I”, iniciado tras la remisión conjunta de varios Estados, incluida Chile, a la CPI en 2018.
La posición del presidente Gabriel Boric sobre la crisis en Venezuela ha generado tensiones dentro de la coalición de gobierno, especialmente tras la validación de los comicios por parte del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, que Boric calificó como un fraude electoral. Estas diferencias han provocado un cisma en la coalición gobernante, distanciando a Boric de algunos de sus principales aliados en la región.
