Un hombre desapareció sin dejar rastro: dijo venir de un país que no existe

Dicen que ocurrió en julio de 1954, en el aeropuerto de Tokio. Entre los pasajeros que descendían de un vuelo europeo, un hombre elegante, de traje oscuro y mirada segura, entregó a los agentes de inmigración un pasaporte que los dejó helados. En la portada figuraba un país llamado Taured.
—¿Taured? —preguntaron los oficiales—. ¿Dónde queda eso?
—Entre Francia y España —respondió el hombre, como si fuera obvio—. Hemos existido por más de mil años.
Pero en esa región solo estaba el pequeño principado de Andorra. No había rastro de Taured en ningún mapa, en ninguna base de datos, en ninguna embajada. Sin inmutarse, el viajero mostró documentos: licencias, cheques bancarios, una moneda propia e incluso reservas de hotel en una ciudad que tampoco existía. Todo parecía auténtico. Todo, salvo que el país de origen… nunca había existido.
Las autoridades, convencidas de que se trataba de un caso de falsificación o un engaño complejo, decidieron detenerlo mientras investigaban. Le asignaron una habitación en un hotel cercano, bajo estricta vigilancia. Pero a la mañana siguiente, el hombre había desaparecido. Sin testigos, sin cámaras, sin rastro.
Ni siquiera los documentos quedaron. Los archivos donde estaban guardados aparecieron vacíos. Algunos oficiales fueron reubicados tras el incidente, y otros simplemente se negaron a volver a hablar del caso.
Con el tiempo, la historia se volvió leyenda. Algunos afirman que el hombre era un viajero de una dimensión paralela, donde Taured realmente existía. Otros creen que fue parte de un experimento encubierto. Incluso en 2012, un usuario en internet dijo ser descendiente de ciudadanos de Taured, describiendo su geografía y cultura con lujo de detalles… pero desapareció de la red sin dejar rastro.