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Veja: las zapatillas que revolucionaron el mundo la moda sin publicidad

Probablemente las has visto caminando por la calle, en centros comerciales, colegios, universidades o incluso, es posible que tengas un par en tu clóset. Las zapatillas francesas marca Veja, pronunciadas «vêya,» se han convertido en un accesorio de moda popular no solo en Chile, sino en todo el mundo.

El diseño de estas zapatillas es simple pero distintivo: suelen estar hechas de cuero o caucho con revestimiento de algodón orgánico, y lo que más las caracteriza es la notoria “V” en el lateral, que varía de color según el modelo. En Chile, su precio es más alto que el promedio, alcanzando los $150.000 en tiendas de retail. Sin embargo, lo que realmente destaca de esta marca es su decisión de no invertir en publicidad, campañas o influencers. Las zapatillas Veja se venden prácticamente por sí solas, gracias a un secreto detrás de su éxito.

En un reportaje del diario español *El País*, Sébastien Kopp, el director creativo y cofundador de Veja, afirmó que quien adquiere un par de sus zapatillas «puede ir tranquilo por la vida, con la cabeza bien alta». Esto se debe a que la marca se enfoca en un proceso de producción ético y sostenible: no utiliza mano de obra infantil, su cadena de suministros está controlada y bien remunerada, y su fabricación tiene un impacto mínimo en el medio ambiente. Kopp ha viajado y conoce personalmente a casi todos los productores de los materiales que utilizan.

Kopp, de 45 años, creó Veja junto a su amigo de adolescencia, François-Ghislain Morillion. Ambos se conocieron en el colegio y compartían el deseo de cambiar el mundo, lo que los llevó a estudiar Economía. Sin embargo, tras graduarse, se dieron cuenta de que no encontraban satisfacción en los empleos tradicionales de su campo, por lo que fundaron una ONG para investigar temas como la eficacia de los paneles solares y la propagación del VIH en Sudáfrica. Esta experiencia transformadora los llevó a recorrer el mundo, visitando países como Brasil, Sudáfrica, India, China, Marruecos, Argentina, Perú y Estados Unidos.

Fue durante estos viajes que nació la idea de crear unas zapatillas deportivas sostenibles. Según Kopp, ambos solían usar marcas populares como Puma y Adidas, pero estas también representaban «un símbolo de la dominación de los países del norte sobre los del sur», y querían cambiar eso. Con 10.000 euros y pocos conocimientos de moda, lanzaron sus primeras zapatillas minimalistas en 2005. Su objetivo no era simplemente vender zapatillas, sino demostrar que era posible hacer las cosas de manera ética y mejor.

Para garantizar la calidad de sus materiales, Kopp y Morillion viajaron a la reserva Chico Mendes en el Amazonas de Brasil, donde adquirieron algodón de alta calidad pagando un 55% más del precio de mercado a los productores. Esta práctica, 20 años después, sigue vigente. Además, se dieron cuenta de que el cuero de vaca era un material muy contaminante, por lo que comenzaron a usar cuero de acacia, asegurándose de la trazabilidad de todos sus productos.

Otra innovación que marcó el éxito de Veja fue la implementación de un servicio de reparación de zapatillas para extender su vida útil. Aunque este servicio aún no está disponible en Chile, en ciudades como Madrid, París, Berlín y Brooklyn, Veja capacita a jóvenes como zapateros para ayudar a los clientes a reparar sus zapatillas en lugar de desecharlas.

Desde su fundación, Veja ha vendido alrededor de 12 millones de pares de zapatillas, y ninguna de ellas ha sido regalada a influencers o celebridades. Esta estrategia, según los fundadores, ha sido clave para el éxito de la marca. «Hicimos números: si en una marca tradicional el 79% del presupuesto se dedica al marketing, ¿qué pasaría si invirtiéramos ese presupuesto en la cadena de producción?», reflexiona Kopp.

Y parece haber funcionado: celebridades como Emma Watson, Leonardo DiCaprio y Reese Witherspoon han sido vistas usando sus Veja en público, sin que la marca se las haya enviado. Incluso Meghan Markle lució el modelo V-10 en los Juegos Invictus en Australia, lo que según rumores, colapsó la página web de Veja por la alta demanda, aunque Kopp negó esta historia.

A pesar de las numerosas ofertas para comprar la marca, Kopp y Morillion han decidido no vender. «El día que vendamos Veja, a los nuevos dueños solo les importará el dinero», afirma Kopp. «Y nosotros queremos ser libres, seguir nuestro instinto, abrir en ciudades que nos gustan como Madrid, montar tiendas de reparaciones, no irnos a Asia, aunque todo el mundo lo recomiende.»

La historia de Veja es un ejemplo de cómo la ética y la sostenibilidad pueden ser la clave del éxito en la industria de la moda, demostrando que es posible triunfar sin seguir las normas tradicionales del mercado.

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