Cartagena

“Gracias, gobernador: esta calle es nuestro regalo novembrino”, gobernador Yamilito en el barrio Nuevo Paraiso

En el barrio Nuevo Paraíso, el concreto huele a fiesta. La música se mezcla con los aplausos y las voces de los niños que corren descalzos sobre una calle recién nacida. No es solo cemento: es la huella de una promesa cumplida.

A orillas del suroriente cartagenero, los vecinos salieron con banderas, flores y gratitud para recibir al gobernador de Bolívar, Yamil Arana Padauí, quien llegó al sector como un viejo amigo. Lo esperaban con la emoción de quien ve llegar la esperanza en tiempos de lluvia y barro.

“Estamos cumpliendo con hechos. Estas calles son dignidad, desarrollo y esperanza para cada familia de Cartagena”, dijo el mandatario, entre aplausos y abrazos.

La nueva vía, ubicada en la Carrera 80 entre calles 38 y 48, fue entregada oficialmente como parte del programa de mejoramiento de la malla vial del Distrito, ejecutado por el Consorcio GDC con interventoría del Consorcio Intervías Bolívar.

Son 686 metros lineales de vía, con un ancho promedio de 5.6 metros y un espesor de 22 centímetros, acompañados de 1.375 metros cuadrados de andenes y 1.356 metros lineales de bordillos. Una obra que no solo mejora la movilidad, sino que devolvió la ilusión a una comunidad olvidada.

Durante su visita, el gobernador anunció una nueva buena noticia: las obras de las calles 11 y 15, largamente esperadas, se harán realidad el próximo año. “Este barrio lo adoro. Las calles 11 y 15 las vamos a hacer con el favor de Dios”, aseguró con la convicción de quien gobierna con palabra firme.

Una calle que cambió la vida del barrio

Para los habitantes, la pavimentación llegó como un regalo novembrino que marca un antes y un después.

Ana Elvira Vásquez no puede ocultar su alegría:

“Por fin podremos caminar y transitar sin charcos ni polvo. Esto es un sueño hecho realidad. Ya no tenemos que preocuparnos por los daños que nos dejaba el agua en las casas. Esta obra es de mucha bendición”.

Lilibeth Morales, vecina del sector, lo resume con sencillez y esperanza:

“Me parece que está perfecta, está buena. Lo único que nos falta es el puente de la calle 9”.

Carmen Carrillo recuerda los días en que el barro era su enemigo cotidiano:

“Antes vivíamos un poco mal. Pero gracias al gobernador, ya tenemos calle nueva. El barro y el agua se fueron de nuestra calle”.

Y desde el barrio Fredonia, Linda Tarra Betancur se unió al coro de voces agradecidas, pidiendo que las obras también lleguen a Isla de Belén:

“Estos proyectos no solo cambian las calles, cambian las vidas, especialmente de los niños y adultos mayores”.

Compromiso que se siente en el suelo

Durante la ejecución de la obra se generaron 30 empleos, de los cuales 20 fueron directos y 10 indirectos, con la participación activa de hombres y mujeres del mismo sector. Cada tramo construido fue también una oportunidad para que el trabajo digno fortaleciera la economía local.

En Nuevo Paraíso, el pavimento se convirtió en símbolo de avance y unión. La comunidad, que por años caminó entre el polvo y los charcos, hoy pisa con orgullo un suelo nuevo.

Y al fondo, entre risas y gaitas, alguien levantó un cartel que lo resumía todo:

“Gracias, gobernador: esta calle es nuestro regalo novembrino”.

Porque en Cartagena, cuando una obra se hace con corazón, no solo se pavimenta una vía:

se abre un camino hacia la dignidad.

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