Tateyama Kurobe es el nombre de la increíble ruta japonesa que está rodeada por enormes paredes de nieve.
Es una pequeña carretera que une dos pueblos y, a pesar de ser un punto turístico por excelencia, en ocasiones debe cerrar por los intensos temporales de invierno.
El camino fue inaugurado en 1971 y durante gran parte del año es una simple ruta, rodeada de paisajes naturales.
Pero su faceta más conocida llega en invierno cuando las intensas nevadas crean muros de nieve de hasta 20 metros de altura, los cuales rodean la calzada y se mantienen firmes hasta la primavera.
Entonces, dado que es un escenario muy inusual, miles de turistas reservan paseos guiados por la zona con el objetivo de tomar fotos únicas y vivir la experiencia.
No hay dudas de que Tateyama Kurobe, ubicada a más de 400 kilómetros de Tokio, es una ruta emplazada en una zona remota, de fácil acceso durante el verano pero complicada para circular en invierno.
Quienes deseen visitarla deberán llegar a la localidad de Tateyama o a Ogizawa, que son los dos poblados ubicados a los extremos de la carretera, dentro de los Alpes japoneses, y están separados por 37 kilómetros.
Sin embargo, el tramo más famoso es el que va desde Kurobe Dam hasta Ogisawa, ya que solo en este punto del mapa se forman las grandes paredes de nieve que impactan con solo verlas en foto.
Finalmente, para llegar a este destino es posible hacer un viaje particular o contratar un paseo guiado en bus, que es la alternativa más elegida porque los conductores no solo conocen la zona, sino que también hacen diferentes paradas en sitios seguros para que los viajeros puedan hacer fotos de Tateyama Kurobe.
