Conozca la historia de la niña que prefirió abrir su propio negocio en vez de una fiesta por sus 15 años

La mayoría de jóvenes latinoamericanas celebran sus 15 años de vida con una tradicional fiesta que incluye desde bufet, hasta bailarines. Y aunque el evento es un sueño para muchas adolescentes, otras prefieren invertir aquel dinero en otra experiencia, como un viaje. Sin embargo, en el caso de la mexicana Keren Salas, decidió invertirlo en crear su propia empresa.
La joven inauguró su local llamado ‘Mazamanía’, gracias al apoyo de sus padres, quienes destinaron el dinero de su quinceañera, al negocio que Salas había soñado. La decisión de la emprendedora desató una serie de elogios en redes sociales, en los que aplaudían su forma de pensar.
Sin embargo, esta no es la primera vez que Keren se involucra en el mundo de las ventas, puesto que desde pequeña empezó a comercializar manzanas de manera informal, persiguiendo el sueño de algún día convertirse en empresaria, lo cual logró recientemente.
Con solo 7 años, Salas caminaba por las calles tocando puerta por puerta en busca de compradores. Se acercaba a estacionamientos de centro comerciales de Ciudad Obregón, Sonora, y luego en Tijuana, Baja California, además de otros lugares en los que podía encontrar clientela que se encuentre descuesta a adquirir la fruta.
Según un informe de Soy Carmín, la adolescente dialogó con sus padres acerca de su idea, y lo que deseaba hacer con el monto que se había apartado para organizar su fiesta de cumpleaños, y aunque en un principio ellos dudaron si hacerlo, finalmente apoyaron a su hija, quien se mostró determinada a lograr su meta.
“Plantee las cosas, la fiesta de 15 años dura solo un día. Sí la estábamos planeando y como al mes dije ‘no gracias, mejor pongo un negocio’ y hace un mes se presentó la oportunidad ¡Y aquí estamos!”, mencionó en una entrevista para el mismo medio.
Con el objetivo de abandonar las ventas ambulantes, Keren deseaba tener una locación fija para sus productos. “Quise poner mi propio negocio en la isla de postres para ya no andar vendiendo afuera en plazas y que ya puedan encontrar mis postres en un lugar fijo”, expresó.
La joven cuenta con el apoyo de sus padres para administrar su emprendimiento, y ahora, sueña con expandir su pequeña empresa y abrir nuevas sucursales. “Me nace una niña con una inquietud, con un carisma, con unas ganas de comerse al mundo y no comérselo bocado a bocado, comérselo de un tajo, mi niña quería vender”, dijo su mamá.