El 5 de agosto de 2024, los mercados financieros globales enfrentaron una de las jornadas más turbulentas del año, marcada por un desplome significativo en los valores bursátiles y las criptomonedas.
Esta situación ha generado una gran preocupación entre inversionistas y economistas, quienes temen que este sea el preludio de una recesión inminente en Estados Unidos.
Los mercados asiáticos abrieron con fuertes pérdidas después de un desplome en Wall Street. El índice Nikkei 225 de Japón cayó más de 1,000 puntos, mientras que otros índices importantes como el S&P/ASX 200 de Australia y el Kospi de Corea del Sur también registraron descensos notables.
Este ambiente de pesimismo se debió a una combinación de informes de ganancias decepcionantes de grandes empresas tecnológicas y temores crecientes sobre la sostenibilidad del crecimiento económico impulsado por la inteligencia artificial.
El principal desencadenante de esta caída fue un informe de empleo en Estados Unidos que mostró resultados mucho peores de lo esperado.
La economía añadió solo 114,000 empleos el último mes, significativamente menos que los 185,000 esperados por los economistas.
La tasa de desempleo subió al 4.3%, lo que encendió las alarmas de una posible recesión, siguiendo la regla de Sahm, que utiliza el aumento de la tasa de desempleo como un indicador de recesión.
El mercado de criptomonedas también sufrió un golpe significativo. Bitcoin cayó por debajo de los $50,000, perdiendo más de $300 mil millones en valor en un solo día.
Esta caída se atribuye en parte a la retirada de inversionistas que buscan refugios más seguros ante la creciente volatilidad del mercado.
Otras criptomonedas principales como Ethereum y Binance Coin también experimentaron caídas drásticas.
Economistas y analistas han advertido que la recesión que se avecina podría ser una de las peores desde la Gran Depresión de 1929. Henrik Zeberg, un macroeconomista conocido, ha indicado que los rendimientos del Tesoro a dos años y la tasa de fondos federales están señalando una recesión inminente, similar a patrones históricos previos a grandes declives económicos.
