Demi Moore apostó por el horr0r con su interpretación en ‘La sustancia’, y podría ganar un Óscar
El cuerpo de Demi Moore ha sido objeto de miradas desde hace 40 años. En la portada de Vanity Fair en 1991, desnuda y con siete meses de embarazo; luciendo sus músculos en Hasta el límite; y bajo los focos de un club de estriptis en Striptease.
En su nueva película, La sustancia, cuyo estreno ha sido el más comentado del Festival de Cannes, nos muestra su cuerpo de nuevo, y en múltiples ocasiones.
Pero esta vez lo hace de una manera perturbadora. Una mujer más joven emerge de la espalda de Moore, rasgando la piel y dejando dos macabros colgajos de carne a cada lado de su columna.
A lo largo del filme, Moore envejece y se marchita, y cada arruga en su piel es enfocada con un sadismo truculento. Su actuación en este largometraje podría ser su inesperado pasaporte a los Óscar.
En la película, que recibió 11 minutos de ovación luego de su estreno en Cannes el 20 de mayo, Moore interpreta a una olvidada superestrella de Hollywood que se somete a un procedimiento experimental para recuperar su juventud.
Una vez inyectada con un líquido misterioso, de su cuerpo emerge una versión más joven de sí misma (representada por Margaret Qualley) que derrocha atractivo sexual y vivacidad.
Solo puede usar este nuevo cuerpo por siete días seguidos, luego de los cuales debe volver a ser la misma de siempre. Si estas condiciones estrictas no se cumplen, las cosas saldrán mal. Y, por supuesto, eso es exactamente lo que ocurre.
Las reacciones al filme, dirigido por la francesa Coralie Fargeat, están divididas: algunos críticos la están llamando “una audaz obra maestra”, mientras que para otros es un filme que menosprecia la imagen de la mujer envejecida y no expresa nada nuevo sobre la experiencia del género femenino, la edad, o Hollywood. En cualquier caso, Moore está cosechando las mejores críticas de su carrera.