El reconocido actor Denzel Washington abrió su corazón al hablar sobre un tema personal y doloroso: su relación con el alcohol. Durante años, el éxito y la presión de la industria del cine estuvieron acompañados de un hábito silencioso, el cual, aunque no era visible en público, afectaba profundamente su vida privada. “El vino es muy sutil. No es algo que te golpee de repente, sino que se acumula con el tiempo”, confesó el actor.
Washington compartió que su afición al vino comenzó de manera sofisticada, cuando en 1999 construyó una casa con una bodega de diez mil botellas. “Aprendí a beber lo mejor”, recordó, pero con el tiempo, esta afición se convirtió en una rutina, donde pedía dos botellas a la vez a su proveedor en Sunset Boulevard. “Si pedía más, sabía que iba a beber más”, explicó.
El punto de quiebre llegó en 2014, después de 15 años de este patrón de consumo. Fue entonces cuando decidió poner fin a su adicción. “En diciembre cumplí diez años sin probar una gota”, dijo con orgullo. Esta decisión no solo mejoró su salud, sino que también le permitió enfocarse en lo verdaderamente importante. “Le hice mucho daño a mi cuerpo. Ahora, lo único que quiero es ser fuerte”, concluyó, subrayando cómo la sobriedad ha transformado su vida.
