Hombre compró todos los asientos alternativos del cine para separar a las parejas en San Valentín
Cazador amarillo, corazón negro. Pocas cosas dan más coraje a un soltero recalcitrante que ver refocilar a las parejas. En China, la tierra de los hijos únicos, preferentemente varones, la soltería es una pandemia, de modo que el Día de los Enamorados es algo así como un festín privado a la que la muchedumbre tiene vedado el acceso.
Pero los solteros también tienen mucho tiempo libre para planear venganzas. Todo empezó cuando un single de la megalópis china quiso sabotear el San Valentín de las parejas enamoradas comprando todas las entradas de un cine en el que se estrenaba ‘Beijing Love Story’, una melosa película romántica ‘made in China’.
Como no le dejaron, el resentido impar elevó la apuesta: abrió un crowfunding y pidió ayuda a otros solteros para comprar la mitad de los asientos de todas las salas que proyectaban la película aquel día en Shanghai, concretamente las butacas impares, para que las parejas no pudieran hacer manitas durante la proyección. Los solteros chinos acudieron a la llamada como un solo hombre y compraron todos esos boletos, con la taimada intención de dejarlos vacíos (pero mucho ojo con sentarse en ellos). La venganza es un plato que se sirve frío en Shanghai.