Abogado, especialista en Derecho Constitucional
El incumplimiento de la promesa de salvar a Cartagena, aunado al fracaso de la intención por acabar con la pobreza y su incapacidad para gobernar, comprobada con las múltiples retracciones, improvisaciones y malos manejos de la administración, tienen al distrito de Cartagena sumergido en el abandono.
El impase de Transcaribe, la falta de autoridad en la secretaria de tránsito, la demora en tomar acciones para la recuperación de la malla vial, el incremento exagerado de la indigencia, la inseguridad, los atracos en barrios residenciales, los casos de sicariato, la ausencia de la fuerza pública en las calles y de los entes de control, dejan ver que la ciudad se ha convertido en un verdadero caos.
El discurso y la excusa de culpar a las anteriores administraciones, ya no tiene cabida. Ha transcurrido más de un año y medio, desde que el Dr. William Dau Chamat, asumió el cargo como alcalde de Cartagena y hasta el momento, no se ha realizado una sola obra, las vías se encuentran en pésimo estado y no hay políticas públicas que garanticen mejoras rápidas y efectivas a los problemas de ciudad.
No hay disculpa que justifique su proceder, ni la notoria dejadez del mandatario. Su nivel de improvisación, a causa del desconocimiento de la administración pública, nos sumergen en un retroceso político y social.
¿Dónde está el espíritu heroico de esta ciudad?, ¿Por qué permitimos la destrucción de Cartagena?, nadie se levanta contra el cretino, que con engaños y promesas que no ha cumplido, llegó a ocupar la silla del alcalde.
Le comimos cuento a Dau y nos dejamos engañar como tontos. Como una cotorra parlanchina denunció a los “malandrines”, sin que sus denuncias y escándalos dieran resultados. A la fecha, no existe ningún detenido, sentenciado, ni privado de la libertad por las acusaciones realizadas. Al parecer estas fueron mal infundadas, injuriosas, carente de pruebas, a punto de creer que fueron inventadas para ganar indulgencias y obtener popularidad.
Hoy me doy cuenta que el malandrín es él. Todo un chabacán y populista, que con su ineptitud está permitiendo la destrucción de la ciudad. Qué tristeza tener que soportar de alcalde a tan incompetente cretino.