Juanes habló sobre su la depresión que vivió y cómo odiaba verse así mismo al espejo

Considerado uno de los más grandes artistas de la música colombiana, no solo por su talento sino por un carisma indiscutible.
Con un extenso mensaje, el artista se desahogó sobre esta enfermedad y cómo ha afectado su vida.
“Sentirme vulnerable me hace más fuerte. Poder hablar de mis problemas y mis inseguridades abiertamente no me hace un cobarde ni un débil. Por el contrario, me ayuda a sanar desde el alma y ser más humano”, comenzó escribiendo Juanes.
Más adelante, el colombiano se refirió al concepto de felicidad que tenemos como personas, el cual en muchas ocasiones se hace difícil de alcanzar, generando dolor e impotencia.
“Pasamos toda una vida pensando que seremos felices cuando tengamos esto, que seremos felices cuando tengamos aquello, pero cuando llega ese ‘aquello’, tampoco somos felices. Seré feliz cuando me compre tal cosa, feliz cuando me vaya de viaje a tal parte, cuando tenga esto, cuando tenga aquello, cuando me gradúe de la universidad, cuando consiga el trabajo soñado, cuando, cuando, cuando. Y así se nos va la vida entera, trabajando para conseguir eso que tanto soñamos, pero olvidando disfrutar el proceso”.
Fue entonces cuando entró de lleno al tema de la depresión, asegurando que se trataba de algo más común de lo que muchos imaginaban y que él ha tenido que lidiar con ella desde hace varios años.
“Yo personalmente la sufro desde hace muchísimos años. He tenido que lidiar con estos factores genéticos y químicos desde hace mucho tiempo atrás. Pasé de ser una persona extremadamente introvertida en la infancia, el colegio y la universidad, a tener que enfrentar la aceptación, el rechazo, el odio y la presión social y laboral”, contó.
Justamente, tomando como ejemplo su propia vida, quiso contarles a sus seguidores una anécdota que le dio un giro radical a su vida y que lo hizo pensar mucho acerca de lo que realmente quería.
“Hace aproximadamente 13 años, sufrí uno de los golpes más duros de mi vida. Estaba en pleno apogeo de mi carrera, cientos de conciertos, a primera vista una vida perfecta y envidiable. Pues bien, por dentro estaba destruido, desilusionado y cansado. Había trabajado tanto durante los últimos 10 años que había perdido momentos clave con mis hijos, había dejado a un lado mi cuidado personal por dar gusto al resto del mundo. Lo peor es que yo fui el único culpable, nunca tuve la fortaleza de decir: ‘Estoy cansado, necesito un momento’. O si lo hice, creo que no me tomaron en serio”.