Vladimir Putin recibe una cálida bienvenida en Mongolia, desafiando la orden de arresto de la CPI
En una sorprendente movida que desafía a la Corte Penal Internacional (CPI), el presidente ruso Vladimir Putin fue recibido con honores en Ulán Bator, la capital de Mongolia, durante la celebración del 85 aniversario de la victoria de las fuerzas mongolas y soviéticas contra el Japón imperial. A pesar de la orden de detención emitida por la CPI el año pasado, Putin no solo visitó el país, sino que fue acogido con una cálida recepción por el presidente mongol, Ukhnaagiin Khurelsukh.
La visita oficial incluyó una ceremonia en la plaza de Gengis Kan, donde Putin fue recibido con una fila de guardias ceremoniales a caballo y flores entregadas por una joven en nombre de Mongolia. Este acto demostró que Mongolia ha optado por ignorar la orden de arresto de la CPI, que es vinculante para los 124 Estados miembros del tribunal, incluido Mongolia, que firmó y ratificó el tratado a principios de los 2000. A pesar de las solicitudes formales de la CPI para arrestar a Putin, el gobierno mongol decidió continuar con su programa de bienvenida.
A lo largo de la visita, Moscú no expresó preocupación alguna sobre la posibilidad de que Putin fuera arrestado. Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, afirmó que los detalles de la visita se habían discutido con Mongolia de antemano, destacando la sólida relación entre ambos países.
La reacción en Ucrania fue contundente. Heorhiy Tykhyi, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano, calificó la visita como un golpe duro para la CPI y el sistema de derecho penal internacional, acusando a Mongolia de permitir que un criminal de guerra eluda la justicia. Ucrania, además, ha prometido trabajar con sus aliados para que Mongolia enfrente las consecuencias de sus acciones.