La Policía Nacional por disposición Constitucional (Art. 218C.P) es la institución que debe proteger la vida de los ciudadanos; no obstante, por desconocimiento de la norma o por la incapacidad de sus integrantes, en la ciudad de Cartagena, no está cumpliendo con su deber.
Ciertamente, no es posible tener un policía para que cuide a cada ciudadano, pero si puede dar resultado, ejercer control y vigilancia, con estrategia y técnica, actuando de manera inteligente, ejerciendo adecuadamente su autoridad, asentando puestos para requisar en las zonas de alto riesgo en la ciudad, realizando patrullajes continuos que permitan desarmar a los delincuentes, y en términos generales, prestar seguridad a los ciudadanos, cumpliendo a cabalidad con las funciones y deberes que por mandato Constitucional le corresponde.
Considero que a los últimos comandantes de la policía metropolitana la ciudad les ha quedado grande la seguridad de los Cartageneros. La institución, ha perdido autoridad, respeto y táctica; los atracos, el sicariato, son hechos comunes en la ciudad, que cada día van en aumento, no existe autoridad administrativa, ni policial, que nos garantice la seguridad y el derecho a la vida.
Me genera gran preocupación, avizorar una ciudad, que está siendo administrada por un alcalde inexperto y custodiada por un comandante de policía, que demuestran a diario, que los problemas de seguridad, les han quedado grandes.