Abogado, especialista en derecho constitucional
El que tiene hambre, el que pone los muertos, de mí, provienen los policías, militares y gerrilleros, vi crecer a los profesores, músicos, obreros y delincuentes, todos en común, somos del pueblo. El mismo que tiene pocas oportunidades, carencia, hambre y desempleo.
Con fortuna una madre que a punta de teta nos calmó el hambre de pequeños, mientras que un padre con el fruto de su jornal a muchos nos dio techo. Somos el pueblo, el que elige a los peores gobernantes y llena de ladrones el congreso; el mismo que vota sin pensar en los programas de gobierno, el que sale a la calle a protestar, revienta vidrios y produce incendios. El que ataca a policías, y a su misma gente.
También, he sido el padre que madruga para llevar de comer a sus hijos, el pueblo que ruega al cielo por un futuro mejor, aquel que de lo poco, alimentó a quien tuvo menos. Soy el pueblo solidario, que ha olvidado sus bondades, a causa de la falta de oportunidades, la desesperación, la envidia, la ignorancia, la rebeldía y las malas decisiones… Un pueblo indolente, caminando hacia el infierno.
Soy el pueblo miserable, escaso, sin aliento, sin esperanza y sin respuestas, envuelto en la miseria, el abandono y en peligro de muerte mientras protesta sin saber porqué.
Ese soy yo, porque yo soy el pueblo.