El chisme: una práctica que puede mejorar la calidad de vida, según la ciencia

Pequeños hábitos diarios pueden transformar nuestra vida cotidiana, y un estudio reciente de la Universidad de Oxford revela que una de esas costumbres, aunque vista con recelo, podría hacernos más felices. Se trata del chisme, una actividad que, a pesar de ser considerada un «placer culposo», ha acompañado a la humanidad a lo largo de la historia.
El profesor Robin Dunbar, experto en Psicología Evolutiva en Oxford, señala en su estudio Gossip in Evolutionary Perspective («El chisme en una perspectiva evolutiva») que el chisme ha sido fundamental para la creación de lazos sociales fuertes y duraderos. Según Dunbar, esta forma de comunicación ha evolucionado con los humanos y es clave para mantener relaciones sociales sanas. «Más allá de la inteligencia emocional o la cultura, el chisme es lo que verdaderamente nos hace humanos», afirma.
Además, el chisme puede tener beneficios físicos y psicológicos, siempre y cuando se realice de forma positiva. Incluso puede compararse con los beneficios de la socialización, tan importante para la salud como dejar de fumar.
La psicóloga Megan Robbins, de la Universidad de California, asegura que dedicamos unos 52 minutos diarios a hablar sobre personas que no están presentes. Un estudio en la Social Psychological and Personality Science Journal respalda que el chisme puede elevar la autoestima. Aunque invada la privacidad de otros, no hacerlo puede afectar negativamente nuestro bienestar. Además, fomenta alianzas sociales y mejora la salud mental.