Abogado, especialista en Derecho Constitucional
Las buenas intenciones no son suficientes cuando de ejercer cargos públicos se trata. El candidato a servidor público debe estar preparado y conocer a profundidad la constitución política, las leyes y decretos inherentes al cargo a desempeñar. De igual manera, debe estar acompañado por un grupo de asesores que, con su conocimiento y experticia, impidan que el funcionario incurra en errores.
El compromiso del servidor es constante; el estudio y la preparación no se pueden detener durante el ejercicio del cargo. Los retóricos discursos de anticorrupción se vuelven inútiles cuando lo que realmente necesita la administraciónson hechos y no dichos. Si los principios básicos no son tenidos en cuenta, el resultado es y será un verdadero desastre.
Da vergüenza que la mayoría de los decretos promulgados por el gobierno de IVAN DUQUE MÁRQUEZ durante la emergencia sanitaria Covid-19, fueran “tumbados” por la Honorable Corte Constitucional. ¿Qué le pasó a los ministros y a los asesores del gobierno?, ¿Por qué no han intervenido para evitar todo este camino de errores? Si esto ocurre a nivel central en las más altas esferas del gobierno, imaginemos lo que acontece en municipios y en otras entidades.
La administración pública no puede ser el escenario para que los funcionarios lleguen a aprender. A los cargos públicos se llega con preparación académica y con experiencia, de lo contrario el resultado es catastrófico. Desconocer los principios básicos en temas de contrataciónestatal, actos administrativos, finanzas públicas, se convierten en un peligro para la seguridad jurídica y patrimonial de los municipios, distritos, departamentos y del gobierno nacional.
Estamos acostumbrados a asumir los errores de quienes no se pueden equivocar. Basta con observar la crisis política, social y económica que desató la presentación de una reforma tributaria por parte del Ministro de Hacienda. Reforma que terminó incendiando el país, con la renuncia del ministro, tragedias, protestas, paros, bloqueos, muerte y absoluto descontrol.
La improvisación en el manejo de lo público en nuestras localidades, parte desde la formulación de proyectos, hasta la ejecución de contratos. La proclamación de actos administrativos y decretos, muestran que los funcionarios llegan desempeñar sus cargos sin el más mínimo conocimiento requerido para asumir con excelencia sus funciones, situación que no podemos seguir permitiendo y menos conociendo el desastre y fatal resultado de la improvisación.